5. Reto. Diseño de una interfaz de usuario para una tecnología asistida basada en una aplicación móvil o smartwatch

5.3. Métodos y técnicas de diseño

La tabla siguiente (adaptada de Antona y otros, 2009) resume los métodos y técnicas de diseño que pueden ser de ayuda en el desarrollo de una interfaz inclusiva; puede servir como guía para la selección de métodos para diferentes grupos de usuarios.

Discapacidad Edad
Motora Visual Auditiva Cognitiva Niños Mayores
Observación directa
Sondeo y cuestionario
Entrevistas
Diarios y pruebas culturales
Debates
Modelos empáticos
Storyboards y personas
Prototipado
Ensayos de usabilidad
Diseño cooperativo y participativo

Apropiado Necesita modificaciones y ajustes  No recomendado

Fuente: adaptada de Antona Margherita y otros (2009). «User Requirements Elicitation for Universal Access» (págs. 1-14).  Disponible en: https://www.ics.forth.gr/files/publications/antona/2009/Antona_et_al_Chapter.pdf.

En el diseño inclusivo, es importante escoger cuidadosamente las técnicas de interacción que se incluirán en la interfaz. Como ya comentamos con anterioridad, podemos utilizar dispositivos que permitan implementar interacciones basadas en el habla, el tacto, la visión, el movimiento ocular, los gestos, el movimiento del cuerpo, o incluso la actividad neuronal y las señales fisiológicas del cuerpo. El futuro de las interfaces inclusivas parece avanzar hacia sistemas modulares que combinan múltiples sensores y modelos de interacción. Los dispositivos vestibles, cada vez más presentes, son un buen ejemplo de este tipo de sistemas. Por ejemplo, los relojes inteligentes combinan sensores de monitorización del pulso cardíaco, así como sensores de inercia para la detección de caídas y el consecuente lanzamiento de llamadas de emergencia. Este tipo de productos resultan especialmente atractivos para las personas de edad avanzada o que requieren monitorización remota, pero también para aquellos individuos que necesitan ser estimulados.

Mientras los sensores se multiplican, las interfaces, sin embargo, tienden a la invisibilidad. Un claro ejemplo de esta tendencia son los anti-wearables y la inteligencia ambiental, la distribución masiva de dispositivos que están integrados en el entorno y operan conjuntamente para responder a la presencia de personas (como la domótica). Este tipo de sistemas predicen un futuro en el que los sensores quedarán escondidos bajo los materiales de los objetos que usamos en el día a día (como un asiento de coche con monitor de frecuencia cardíaca integrado) y las interfaces se fusionarán completamente con el entorno ofreciendo modelos de interacción implícitos/reactivos (por ejemplo, embebidos en objetos) y explícitos/naturales (conversacionales y gestuales).