2. Reto. El diseño de interfaces web

2.5. El diseño sensorial

2.5.1. Introducción

El diseño sensorial, en el plano de la superficie, abarca todas las disciplinas relacionadas con la creación y presentación de medios, incluyendo la escritura, el diseño gráfico, la iconografía, la creación de mapas, la caligrafía, la tipografía, la ilustración y la teoría del color (gráficos); la fotografía, la animación y la cinematografía (imágenes), así como el diseño de sonido y música. Todas estas disciplinas comparten algunos atributos e inquietudes comunes, tales como el uso apropiado de los medios, el estilo, la técnica, la alfabetización mediática y el ancho de banda aplicable a la tecnología de la situación, así como la comprensión de los sentidos humanos.

Investigadores de una universidad de Australia realizaron tres estudios para determinar cuán rápido las personas forman una opinión sobre el atractivo visual de la página web. En el primer estudio, los participantes calificaron dos veces el atractivo visual de las páginas web presentadas durante 500 ms cada una. El segundo estudio replicó el primero, pero los participantes también calificaron cada página web en siete dimensiones de diseño específicas. Se descubrió que el atractivo visual estaba estrechamente relacionado con la mayoría de estos. El estudio 3 repitió nuevamente la condición de 500 ms, además de agregar una condición de 50 ms utilizando los mismos estímulos. En todo momento, las calificaciones de atractivo visual estuvieron altamente correlacionadas de una fase a la siguiente, al igual que las correlaciones entre las condiciones de 50 ms y 500 ms. Estos resultados sugieren que el atractivo visual se puede evaluar en 50 ms, lo que significa que los diseñadores web tienen aproximadamente 50 ms para causar una buena primera impresión.

La visión es el sentido dominante en la mayoría de interfaces de usuario. Es por esta razón que el diseñador debe presentar especial atención al patrón de movimiento ocular que exige la interfaz, promoviendo que este sea un movimiento fluido y suave, que aporte suficiente información sobre las posibilidades de la interfaz, mientras se minimiza la cantidad de información para evitar que el usuario se sienta abrumado. A menudo se verifica la calidad de un diseño usando tecnologías de monitorización de movimientos oculares, tales como los eye trackers. Este método también permite identificar qué partes de la interfaz son más llamativas y cuáles pasan desapercibidas, guiando así correcciones futuras sobre el contraste, la uniformidad del diseño, el maquetado o el color.